“La posterioridad sigue sin entender
cómo los líderes de las grandes potencias del mundo –en su mayoría, hombres que
no eran más estúpidos ni malvados que sus contemporáneos- pudieron, primero, permitir
que la guerra tuviera lugar y, luego, continuarla durante cuatro años más.
Parece un error tachar de sonámbulos a los gobernantes de la Europa de 1914, y
en especial a los de Austria y Alemania, porque esto implicaría que no eran
conscientes de sus actos. Es más adecuado llamarlos “negadores”: prefirieron
insistir en políticas y estrategias sumamente perjudiciales antes que aceptar
que era poco plausible llevarlas a cabo y, en retrospectiva, que se había fracasado.”
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada