Pues el amor se me ofreció, y me acobardaron sus desengaños;
los pesares llamaron a mi Puerta, pero tuve miedo;
la ambición me reclamó, y me asustaron los riesgos.
Continuamente anhelaba, sin embargo, darle un sentido a mi vida.
Y ahora sé que debemos desplegar las velas
y recoger los vientos del destino
adondequiera que lleven al barco.
A “Antologia de Spoon River”, Edgar Lee Masters (1869-1950)
Y, por encima de todo aquello, en unas altas letras góticas que imitaban la caligrafía de quien la había legado a las generaciones venideras, se leía aquella célebre máxima: "Hijo mío, atiende con placer tus negocios durante el día, pero emprende sólo los que te permitan dormir tranquilo durante la noche".
A "Los Buddenbrook", Thomas Mann (1875-1955)
Llegit a “Clásicos
para la vida. Una pequeña biblioteca ideal”, Nuccio Ordine. Ed. Acantilado,
B-2017.
14 de desembre.
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